El Eibar comienza la elección del mejor central zurdo de la historia

Antonio Ansola, Eduardo Berriozabal, Roberto Olaizola, Javi Olaizola, Iban Fagoaga y Txema Añibarro optan al título




Roberto, un central inolvidable

El Eibar inició ayer la fase de elección del mejor central izquierdo de su historia en el marco de la iniciativa consistente en seleccionar a los mejores jugadores que han vestido la camiseta armera. El concurso, que está calando en los seguidores, es uno de los numerosos actos que tienen como objetivo la conmemoración del 75 aniversario de la fundación de la S.D. Eibar. Hasta el pasado mes de junio, los aficionados se encargaron de remitir al club los nombres de los jugadores que consideraban como más representativos de la historia del club en la primera fase. La segunda se inició en el pasado mes con la selección por parte de la comisión de varios jugadores por demarcación. Los socios pueden emitir su voto enviando un correo electrónico a la dirección 1949-2015@sdeibar.com.

El primero de los nombres seleccionados por la Comisión es Antonio Ansola (Elgoibar, 17-01-1931), que ingresó en el Eibar en la temporada 52-53 y permaneció tres años, en la primera época del club en Segunda, hasta que fue reclutado por la Real Sociedad, donde militó desde la 55-56 hasta la 60-61. Su último año como profesional fue en el Elche.

Eduardo Berriozabal (Eibar, 23-4-1949) completó siete temporadas en el club armero en dos etapas diferentes. Dio sus primero pasos en la campaña 66-67 hasta la 70-71 en Tercera con el cuadro armero hasta que le fichó el Valladolid, donde permaneció desde la 71-72 hasta la 73-74. El Osasuna fue su casa durante la 74-75 y 75-76, y fichó por el Real Unión en la 76-77. Puso fin a su carrera en el Eibar, donde finalizó en la 78-79.

Roberto logró dos ascensos

Acercándonos a la época más moderna nos encontramos con un inolvidable futbolista que logró nada menos que dos ascensos en dos años con el Eibar. Roberto Olaizola Bikandi (Azpeitia, 17-4-61) se incorporó al Eibar en la temporada 83-84 procedente del Lagun Onak. Disputó la promoción de ascenso a Segunda B todas las campañas hasta que incluso jugó el partido del ascenso a Segunda B el 14 de junio de 1986. Dos años más tarde también fue pieza clave del ascenso a Segunda División celebrado en Durango el 15 de mayo de 1988. El contundente central participó las tres primeras temporadas en Segunda bajo la dirección de Alfonso Barasoain, pero en la 91-92 firmó por el Celta con el que ascendió a Primera División y se retiró esa misma campaña.

Javier Olaizola Rodríguez (Donostia, 28-11-69) se incorporó en la temporada 91-92 procedente del Sanse y su rendimiento fue tan destacado que le fichó el Burgos, donde militó la 92-93 y la 93-94. Regresó sólo por una temporada al Eibar dirigido por José María Arakistain, e inició después un largo y exitoso periplo de 9 años en el Mallorca con el que logró el ascenso a Primera en la temporada 96-97 y fue campeón de Copa en la 02-03. Se  da la circunstancia de que es hermano de Julio Rodríguez, que se proclamó las dos veces campeón de Liga con la Real Sociedad. Aunque se le ha colocado como central zurdo, el donostiarra actuó en el club bermellón preferentemente de lateral derecho.

Iban Fagoaga (Bera de Bidasoa, 26-3-80) se incorporó del Antiguoko al Eibar B en 1999 y en la temporada 01-02 debutó con el primer equipo que dirigía el duro Blas Ziarreta en Segunda. Participó durante seis campañas y fue capitán del equipo que ascendió a Segunda el 24 de junio de 2007. Defensa contundente y bravo, actuó en todos los puestos de la defensa. No quiso renovar pese a la consecución del ascenso y firmó por el Granada 74, también de Segunda. Su última campaña la completó en el Alavés, pero apenas jugó por una lesión que le obligó a retirarse. En la actualidad, forma parte de los técnicos de las categorías inferiores del club.

Por último, el actual capitán José María Añibarro (Zeberio, 26-7-79) jugó en el Gernika y en el Sestao (06-07 y 07-08) antes de incorporarse al Eibar, con el que debutó en Segunda en la 08-09. Ha sido un baluarte del equipo durante los cuatro años en Segunda B y encarna los valores tradicionales del club.